sobre emprendedores y deporte

Me gusta buscar paralelismos en la vida. Entre otros motivos, porque me ayuda a detectar consecuencias y me parece una forma de acumular experiencia sin haberla vivido, sólo por el hecho de interpretar similitudes.

Por eso siempre relaciono el emprendimiento con el deporte. Cuando practicas un deporte, da igual de cual se trate, lo primero que haces es fijarte metas. Al principio metas cercanas y a priori fácilmente alcanzables; luego cada vez te vas poniendo metas más lejanas y que exigen cada vez más.
Has de seguir una serie de pautas y ciclos que te van preparando física y mentalmente para alcanzar cada una de esas metas. Inexcusablemente, el primer paso de toda preparación es el calentamiento previo. A continuación viene el entrenamiento y finalmente la competición.

Cuando entrenas te enfrentas a tus propios miedos, a tu propia capacidad física y mental, a lesiones que has de superar. Te enfrentas a ti mismo. Te esfuerzas o te rindes.

Emprender sigue el mismo paralelismo. Te fijas objetivos, al principio pequeños, que vas aumentanto poco a poco. El calentamiento es la planificación; si, también te hará sudar. El entrenamiento es la actividad diaria. Al principio tu entrenamiento es suave, pero si quieres hacerlo bien y alcanzar esa primera meta, ha de ir in crescendo. LLevado al ámbito empresarial, te enfrentas al inicio de la actividad, con poco movimiento al principio, que ha de ir aumentando día a día si quieres alcanzar tu primera meta-objetivo..

El «entrenamiento» en el emprendimiento es superar tus propios miedos y tus propias limitaciones. Estás solo, nadie te ve, no eres una amenaza para nadie.

El problema viene cuando entras en competición. Lo haces porque te has entrenado para ello. Conoces tu deporte, tus capacidades y tus límites, y los vas a batir con otros que han hecho lo mismo que tu; puede que mejor, o con más y mejores medios, o puede que peor o con peores medios. En todo caso, el factor mental juega un papel importante. Si has entrenado bien y eres más fuerte mentalmente, quizá puedas vencer a los que parten como favoritos. La historia del deporte está repleta de ejemplos. La historia empresarial también.

Ya no estás sólo. Tus contrincantes, tus competidores, te ven y te perciben como una amenaza. O no, pero en todo caso te ven como alguien a quien hay que dejar atrás. Y si consiguen vencer tu fuerza mental y desmoralizarte, mejor; quizá decidas cambiar de deporte y serás un competidor menos.

Deporte individual o deporte de equipo.

Estás en la línea de salida. Te crees preparado para vencer o al menos para alcanzar un buen resultado. ¿Qué deporte has elegido?. En los deportes individuales estás solo. El mérito será tuyo, porque tuyo ha sido el esfuerzo y tuya ha sido la preparación.

¿Estás emprendiendo tu solo o tienes personal, socios…?.

Veo que muchos emprendedores practican running, o footing… deportes individuales. LLegados a este punto, más de uno está afilando colmillos al leer esto  😉 . Tranquilos, os admiro igual.

Hay otros deportes en los que, aún siendo de equipo como por ejemplo el fútbol o el baloncesto,  las individualidades son muy acusadas.

Por eso a mi me gusta establecer el paralelismo con, por ejemplo, el rafting o más aún el remo. Este último lo he descubierto hace menos de un año cuando buscaba una escuela deportiva en la que meter a mi hijo. No buscaba algo que se le diera bien. Buscaba un deporte en el que pudiera socializar con otros niños y niñas y que le inculcara valores como esfuerzo, trabajo en equipo, responsabilidad, disciplina y por supuesto, vida sana. El fútbol lo descartamos desde un principio porque los ejemplos en los que mirarse dejaban mucho que desear. Y como he expuesto, es un deporte donde los individualismos son notorios.

Mi hijo, junto con otros de su edad, entraron en el club de remo de Narón en Octubre de 2011. A los pocos meses se enfrentaron a su primera competición. Lógicamente, no estaban preparados, pero lo que los monitores pretendían era que fueran cogiendo experiencia y, ya que no asumían riesgos insalvables, era una manera de llevar a la práctica lo que habían entrenado.
El día de esa primera competición hacía un viento tremendo, con mala mar y por encima, el campo de regatas estaba trazado de una orilla a otra de la ría, con lo que los regatistas se enfrentaban a fuertes corrientes laterales.

Compitieron, y como era de esperar quedaron últimos en su categoría. Y aquí viene lo bueno. Uno de los monitores los reunió a todos, les «leyó la cartilla» porque al parecer no habían hecho las cosas tal y como les habían indicado, y les animó a hacerlo mejor en la próxima ocasión. Pero la «charla» fuere para todos, para todo el equipo; no culpó individualmente a ninguno de ellos, como tampoco facilitó ni puso de ejemplo a  ninguno de ellos.

¿Por qué prefiero este tipo de deportes?. Porque desde el patrón -teórico líder del equipo y reponsable del correcto rumbo- hasta el último remero, todos son igual de importantes para alcanzar la meta. Por mucho que el patrón decida una buena estrategia y trace un buen rumbo, sin el grupo de remeros su valía y preparación son inútiles. Será un líder excelente, pero como todo líder, no es nadie sin un equipo preparado e implicado, que se sienta a su mismo nivel.
Lo mismo a la inversa. Ya pueden los remeros ser muy buenos, estár implicados en la competición y querer llegar en un buen puesto a la meta, que si el líder no pone dedicación y ganas, si nos los lleva por la senda correcta y no los motiva mentalmente, el resultado de la regata será un fracaso.

Incluso entre los remeros, si uno no va coordinado con sus compañeros, si no hace el mismo esfuerzo, obligará a los demás a cubrir sus carencias.

Está muy bien practicar deportes individuales. Además es muy sano. Pero recuerda esto: si emprendes junto a más personas, tu deporte es el remo 😉

¿Y tu, con qué deporte estableces tu paralelismo como emprendedor o empresario?.  Puedes dejar tu comentario.

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