Antes de ponerme a darle contenido a este blog, quiero poner sobre aviso a quienes como tu, habéis llegado a él. De este modo espero evitar el ganarme un enemigo o provocarte una úlcera de estómago. Que tampoco se trata de eso.
Empezando, la primera en la frente: este es un blog personal. Esto viene a advertir que publico lo que quiero, cuando quiero, como quiero y de lo que quiero.
Tengo muy poco tiempo libre, así que aún habiendo hecho propósito de publicar al menos un post diario, es muy probable que pase alguno o incluso varios días sin que haya novedades.
El blog lo abro más como terapia para canalizar mis pensamientos, frustaciones, ilusiones… que como canal divulgador de conocimientos, aunque intentaré aportar algo de lo que modestamente pueda tener experiencia o conocimientos.
Procuraré ser lo más correcto y educado posible, como lo soy en mi vida diaria; lo cual no impedirá que alguna vez exceda el tono y hasta que me cisque en alguien; será para darle el énfasis que requiera el asunto, o simplemente, como ya he expuesto, para canalizar sensaciones internas y ahorrarme la consulta de un psicólogo.
Por esto último, es probable que hable en alguna ocasión de política, de religión, de fútbol o de relaciones humanas. Y aquí ya la he liado, porque es donde está la ciénaga. Así que pueden releer el segundo párrafo, si ya lo han olvidado.
Llegados a este punto, recuerden el archi-repetido párrafo. Es un blog personal, por lo que mis ideas, pensamientos, filosofía y demás no son extrapolables a mi vida profesional o empresarial (lo remarco y lo destaco porque hay gente que no es capaz de entender esa separación de facetas). Inevitablemente, algo de poso habrá, pero residual. Llevo muchos años como emprendedor y conozco muy bien las interioridades de una empresa. Así pues mi parte personal ha de saber convivir y amoldarse a la parte profesional. Lo que publico en este blog no es extrapolable a la vida empresarial porque en ella entran en juego muchas variables y muchos condicionantes: relaciones entre empresas, imagen, la personalidad de los compañeros, empleados, proveedores y clientes, etc.
Lo que yo personalmente pueda pensar de algo o alguien, pasa a un segundo plano cuando se trata de pensamiento empresarial. Porque en ese pensamiento y en esa relación entra algo más que mi persona: hay salarios de empleados, hay relaciones comerciales, y hay todo un entramado de algodones que me obligan a cambiar el chip.
Así que si un día en un post despotrico contra, por ejemplo, un partido político, un equipo de fútbol, o lo que sea, espero que tengas la suficiente madurez mental para no pensar que mi empresa tal o mi empresa cual es simpatizante de tal partido o de tal equipo. Mis empresas y las empresas en las que participo, no son solo Victor Caneiro.
Victor Caneiro, persona, está sólo en este blog.
Sobre el egocentrismo.
Habrá alguien que llegado a este punto piense que soy un egocéntrico por ponerle mi nombre al blog, en lugar de buscarle un nombre rimbombante. Os lo explico. Como ya escribí, tengo muy poco tiempo, y cuando estoy estresado mi capacidad creativa se vuelve nula. Así que, o esperaba a abrir el blog a un momento de lucidez, o tiraba por el camino fácil. Y eso he hecho.
Y ahora, tú decides. Si quieres seguir leyéndome o seguirme, bienvenido. Si quieres aportar algo, bienvenido; eso sí, siempre con respeto y educación o no lo publico. Lo que decidas, estará bien. 😉